miércoles, 14 de julio de 2010

No lo quiero así.

Es el día idóneo para decir que hoy me siento capaz de hacer frente a mis miedos, mis más sentidos temores; a enfrentarme a las palabras que al parecer, parecen menos dañinas que si fueran habladas o cantadas, pero que causan una enorme nostalgia, un sentimiento profundo, un intenso resquemor de las ideas así como de los pensamientos.

A decir verdad nunca me he atrevido a no leer entre líneas, siempre busco el doble sentido (si es que existe), la otra cara de la moneda. No me conformo con esperar un resultado que ya aparece expuesto sino que, prefiero imaginar. Me gusta la idea de dejar a mi imaginación girar, cual conjunto de hojas secas que son movidas por la suave brisa de Otoño. En ocasiones creo que, menos (que no más) allá de lo que uno tiene, puede llegar a ser invencible y sin embargo, te lo quitan cuando menos te lo esperas. Con ello no vengo a decir que nada es para siempre, solo digo que, todo es para nunca. La contradicción: mi perdición. Mi vicio: tú. Mi debilidad: la música. Mis ganas: soñar despierta.

Resulta inevitable pensar que a veces se me corta la respiración y me quedo ennortada mirando nada a través de mis ojos color coca-cola. Me sube la agonía por el pecho y me llega al corazón, ahí se retiene unos pocos segundos hasta que sale despedida. Vuelvo a mí y me pregunto: '¿por qué?'. ¿Vacía de sentimientos? Al contrario; yo diría que, demasiados.

Lo quiero todo, pero me conformo con esto.

miércoles, 7 de julio de 2010

Hablamos de colores.

Infinidad de ellos, toda una cantidad de gamas donde elegir; Un gran problema,pues. Existe una gran semejanza entre unos y otros, pero sólo unos pocos son los que parecen más llamativos.

Por un lado tenemos el verde. El verde de toda la vida; intenso, a veces oscuro, llamativo, fugaz. Verde de envidia, de orgullo. No le hace falta justificarse, habla por sí solo y posee una gran capacidad de sugerencia. Transmite confianza y plenitud y sabes que, aunque algún día te pueda fallar, siempre lo tendrás en cuenta, y siempre te gustará.

Por otra parte nos encontramos con el lila. Es un color un pelín apagado, tímido, pero realmente agradable. Te invita a ser tu misma, te hace sentir bien. Combinable donde los haya. Inspira tranquilidad, cariño. Parece el color perfecto, hasta que empieza a mezclarse con tus pensamientos oscuros y lo vuelven un color triste y solitario. Envuelto en sus pensamientos, en sus más profundos sueños, se pierde y parece que no quiere volver, se torna distante.

Parece que no es y en realidad sí. Pero, como se ha dicho anteriormente; hablamos de colores.

viernes, 2 de julio de 2010

En busca del país de nunca amarás

Con un simple gesto hablaría de tí pero, hoy no. Tus fuertes latidos retumban en mis oídos. Tu intensa mirada se refleja en la mía y se desvía hacia ningún lugar. Tus palabras se consumen en la nada que a la vez lo es todo. Tus movimientos quedan encasillados en una imagen al parecer, tridimensional. Con tu risa, el témpano de hielo se empieza a derretir. Con tus lloros, una estúpida caricia acaba con esas lágrimas que recorren tu fiel rostro.


-Estás equivocada- me dije a mi misma. Es solo una ilusión óptica. Crees que puedes, pero no es así. Te rodeas de placeres, pero nada te satisface. Deja de buscar, para.


Realmente no sabes, nunca lo has sabido. Por eso, hoy no; No sé quien eres. Hay que reirse de una misma, aunque solo sea por encubrir tu propia mierda, tu realidad. Vive con ello, puede que algún día consigas lo que te propones.

Quizás, quizás, quizás.