Los días se suman y todos resultan ser iguales. Guardo en mi memoria, al parecer ausente, los pocos pedacitos de recuerdos que divagan sin rumbo por este cuerpo de alma errante.
Mi vida es, actualmente, un actuar sin pensar pues este último verbo parece haberse escapado de mí. Resulta alarmante que otras personas tengan más claro que tú lo que eres y cuales son tus pretensiones; De llegar a describirte como constante y perseverante en tu trabajo, a dar en el clavo con que no te quieres nada. O, aceptar que te has convertido en un ser conformista, que no puede exigirle nada más a la vida, pues das por perdido el ‘yo’ interno que antes eras. No me reconozco, pero sé que yo no soy así. La gente que ahora mismo me rodea, solo conoce a la persona que está en busca de sí misma.
Reiterando, mi vida: un actuar sin pensar, un llorar sin motivos, un amar un recuerdo, un estar sin vivirlo.