miércoles, 8 de septiembre de 2010

El origen de lo originado.

Se dejó llevar por respuestas que la conducían a la nada. Se enamoró de quién menos se lo merecía. Pero ya sea por ''a'' o por ''b'', cayó rendida ante sus brazos, abiertos como si no hubiera un mañana...al menos creía que yacían abiertos por y para ella; únicamente para ella.

El alcohol te ciega, la nebulosa es simplemente el virus que había infectado tu mente, la creías parte de tu realidad, pero era sólo aquello que te hacía creer, es decir; nada. Es la peonza que siempre dará vueltas, y sólo se caerá si eres capaz de permanecer atenta, con los ojos bien abiertos de manera que, creas que es la realidad y te hayas olvidado de aquél recuerdo. No servirá de nada más que como experiencia...que podrás o no, guardar en el recuerdo, atrapado en el limbo.

Sólo te diré que, del sueño tienes que despertar pues, si ante la patada no reaccionas, ese bucle infinito te atrapará y dormido para siempre te quedarás.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Ni contigo, ni sin ti.

No existe justificación ninguna, ni métodos mágicos, ni cupidos que te claven su flecha. Es pura naturalidad y a veces, injusticia.
Sí, lo sabías ¿no?, te hablo de aquella maravilla que se experimenta ya desde muy joven y que se puede dar de diferentes maneras y analizarse desde ángulos distintos. Aquello que para algunos es su perdición, tomándolo como un vicio lujurioso y que para otros, es lo mejor que le haya podido pasar en su vida. A día de hoy, no existe una percepción realmente clara de la cual pueda sacar un matiz claro para definir propiamente cómo considero yo a este ser. Podría hablar de momentos; imágenes que se reflejan en los acontecimientos más agridulces de mi vida y que crean cierta nostalgia de la que podría sacar partido para redactar esta entrada. Podría incluso dejar de escribir y llorar o reír los efectos secundarios que produce tal elemento, dado que los primarios los he dado ya por perdidos. Mentiría, sin embargo, si dijera que puedo enfrentarme yo sola a la realidad y entender que la vida me ha superado.

Mi escudo ha siempre sido creer en la idea de que, de este sueño no me iba a poder despertar nadie y por eso siempre me he dejado guiar con los ojos cerrados. Siempre se dice aquello de, ''déjate llevar'', pues bien de tanto practicarlo he llegado a romper los esquemas del concepto ''normalidad'' alcanzando incluso la palabra ''idiotez''. ¿Consecuencias? las de siempre y, por inocente; ''zas, en toda la moral''. Esta vez, la música no es mi cómplice.

Nada supera el hecho poder amar y ser amad@. Y si hablaba de ti, lo hacia sin contar con la pieza más importante de todo este asunto, tú.




Asco.